El arduo tramo del calendario que espera al Manchester United

Ocho años desde la última vez que el Manchester United se alzó con el título liguero. Fue en la temporada 12-13, con Sir Alex Ferguson al frente del equipo y que, tras levantar el trofeo, diría adiós al club. Aquella campaña Robin van Persie fue el máximo artillero de la competición con 26 dianas y el equipo terminó, con 89 puntos, a 11 del segundo; en aquella temporada el máximo rival emergente y compañero de ciudad, el Manchester City.

Los diablos vivían en un ambiente de color rojo, la ciudad era suya y el equipo acababa de arrebatarle el título a los ‘Cityzens’, últimos campeones de la competición nacional. Al final del curso Sir Alex decidió poner fin a la relación más longeva entre un entrenador y un equipo en toda la historia de la liga. Tras 27 años, 1.274 partidos y 38 títulos se cerraba la etapa más dorada de la historia del club.

Cuánto deben de anhelar aquellos maravillosos años los ‘Red Devils’. Incluso, alguno que otro estará cansado de vivir cada campaña desde aquella 12-13 la irregularidad que lleva tatuada el equipo. Nadie duda de la grandeza de un club como el Manchester United, de hecho, disputa el trono de mejor equipo inglés de la historia junto con el Liverpool; pero las sensaciones más terrenales, aquellas que erizan la piel del aficionado, y lo que se ve en el campo está muy lejos de aquellos años con el bueno de ‘Ferguie‘.

Una atmósfera complicada

La situación del equipo en Premier League es delicada, pues tras cuatro partidos de competición tan solo ha sumado seis de los 12 posibles (con un partido pendiente ante el Burnley) puntos que ha disputado. Un hecho preocupante entre la atmósfera del club ya que no es la primera vez que se produce. De hecho, el año pasado a estas alturas, en la quinta jornada, había firmado ocho de los 15 posibles. Cifras mediocres y lejos de las esperadas y exigidas a un equipo de la dimensión del United.

El equipo genera muchas dudas en todas las líneas, y esto no es un problema nuevo. Muy pocos jugadores se están salvando de ser crucificados por la afición en estos primeros compases de campaña. Y es que el conjunto de Old Trafford no ha dado seguridad de superioridad en ninguno de los cuatro partidos disputados hasta la fecha. En la primera jornada, ante el Crystal Palace en casa, perdió por un resultado de 1 a 3 y con la sensación de no tener ni idea de juego trabajada ni con la muestra de una solidez defensiva a la altura del club.

Rashford en la disputa de un balón aereo en el encuentro ante el Crystal Palace. PREMIER LEAGUE

Tras el primer batacazo consiguieron una victoria ante el Brighton a domicilio con un resultado de 2 a 3. Nuevamente sin mantener la portería a cero, y no solo eso sino que recibiendo gol por dos veces aunque podrían haber sido muchas más. Parecía que el equipo iba a reaccionar moralmente tras el triunfo y pensando que la siguiente jornada era contra un rival directo. A pesar de la soledad de Old Trafford, un duelo ante el Tottenham siempre tiene un aliciente, y más aún si a ello le sumas que José Mourinho estaría en el banquillo rival. Así, tras un recital de los ‘Spurs’, llegó la segunda derrota con un resultado de 1 a 6. Un total despropósito de juego que desplegaron los de la capital en el campo.

A la altura de la cuarta jornada el equipo tenía una diferencia de -8 en cuanto a goles. Unos números que maquilló tras la victoria la semana pasada en St’ James Park con el 1 a 4 ante el Newcastle. Y la lectura es muy negativa tras este primer mes de competición. Sin conseguir mantener la portería a cero en ninguna ocasión y con una fragilidad defensiva digna de equipo en posiciones de descenso, de hecho es el segundo equipo más goleado con 12 tantos y tan solo tiene un registro peor el West Bromwich Albion con 13; el estado del equipo no es para tirar cohetes.

El equipo solo ve luz si el balón pasa por los pies de Bruno Fernandes y el portugués es capaz de enlazar con los atacantes. Los números del luso están siendo lo único salvable de lo que va de año, con cuatro goles y tres asistencias es el líder goleador del equipo. Su buena conexión con Rashford (cuatro goles y dos asistencias) son una buena baza a la que tiene que agarrarse el equipo para poder revertir la situación. 

Bruno Fernandes erra un penalty la pasada jornada ante el Newcastle. PREMIER LEAGUE

Los registros de ambos no son para nada malos, de hecho son hasta de buen nivel. No obstante, es difícil entender el porqué se han llevado a cabo fichajes como el de Donny van Beek o Edinson Cavani si, sobre el papel, tienen un rol de suplente. Hay como una incertidumbre alrededor de todos los movimientos y figuras del equipo. Incluso Ole Gunnar Solskjaer está en tela de duda, y más aún tras este primer mes de competición.

Oasis en París

La mayor parte de las críticas van dirigidas hacia una misma dirección, la figura del noruego. La cabeza del entrenador pende de un hilo tras el dubitativo arranque del Manchester United. Y es que la situación no es algo poco común, al contrario; se ha convertido en algo habitual señalar a Ole como responsable del mal juego y las malas sensaciones que genera la plantilla cada fin de semana. Como en todo gran equipo, el banquillo necesita de un entrenador con peso, coraje e incluso algo de carisma; y puede que el noruego no reúna muchas condiciones.

Antaño Sir Alex Ferguson fue un tipo muy fiable en el banquillo de los diablos rojos, no únicamente por sus resultados sino porque tenía un personaje que convencía con su discurso. Y no solamente él fue capaz de ello, tras su marcha David Moyes o Louis van Gaal tampoco pudieron convencer; pero José Mourinho sí lo hizo en 2016 cuando además de levantar títulos tenía la capacidad de no desmoronarse ante las situaciones adversas.

Obviamente, antes del partido del martes en Champions, la mayor parte de la prensa y aficionados mancunianos daban por acabada la etapa de Solskjaer al frente del equipo. Muy pocos confiaban en que pudiera salir vivo de París. Y, contra todo pronóstico, el Man U realizó el mejor partido de toda la temporada contra el rival más difícil de lo que llevamos de curso. Esa alineación, aparentemente débil, que presentó Ole sirvió para derrotar en el Parque de los Príncipes al subcampeón de la pasada edición de la Champions League.

Ahora, tras esta victoria el equipo se enfrenta al primer gran tramo complicado de la temporada. Tres partidos en Premier League contra tres equipos del ‘Big Six’. Sábado a las 18:30 en Old Trafford los diablos rojos se batirán en duelo ante el Chelsea de Lampard. El conjunto de Londres llega también con algunas dudas que pueden decantar la balanza hacia el lado local. El empate en casa ante el Sevilla en Champions deja entrever las dificultades del conjunto ‘Blue’ ante un rival de más envergadura.

Solskjaer puño en alto tras la victoria local ante el Chelsea la pasada campaña. PREMIER LEAGUE

Esta es la primera de las piedras de este final de mes para el United. Tras el enfrentamiento ante el Chelsea tendrán que medirse al RB Leipzig de Nagelsmann en la segunda jornada de Champions League. Un duelo difícil, de nuevo en Old Trafford, pero que de saldar con victoria conseguirían consolidarse como líderes de grupo. No obstante, los problemas del calendario no acaban aquí, pues tras el enfrentamiento de liga de campeones el United se medirá al otro equipo de la capital, de nuevo como local, el Arsenal de Mikel Arteta.

Los ‘Gunners’ son este año, más si cabe aún, uno de los rivales directos del Manchester para la consecución de las plazas Champions de la próxima campaña. El proyecto del conjunto londinense está empezando a asentarse en los cimientos de la temporada pasada y, tras dos títulos, a Arteta se le exige devolver al equipo a la máxima competición de clubes. Y, para cerrar este terrorífico capítulo de enfrentamientos se medirá, después del tercer partido de Champions ante el Basaksehir; al equipo más en forma de Europa, el Everton de Carlo Ancelotti. Un invitado inesperado a la pelea por los puestos europeos y que, tras un mes y medio, no conoce la derrota en ninguna competición y lidera la tabla en solitario.

Esta es la oportunidad tanto de los jugadores como de Ole Gunnar Solskjaer de dar un golpe sobre la mesa y devolver a los aficionados la confianza y seguridad que tiene la obligación de ofrecer el club más laureado de toda Inglaterra.

Este sitio web utiliza cookies. ¿Acepta nuestra política de cookies? Pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies