El pasado viernes se confirmó lo que se venía dilucidando desde hace varias semanas. Saïd Benrahma aterriza en la capital inglesa para vestir los colores del West Ham United. Los ‘Hammers’ han recibido al jugador argelino en forma de cesión por un año y tienen una cláusula de compra de más de 30 millones de euros. El ex del Brentford había sido pretendido por clubes ingleses de todas las tallas. Sin embargo, ha sido el conjunto londinense el que se ha llevado el gato al agua con el fichaje del mago.
El futbolista de 25 años estaba pidiendo a gritos un salto a la Premier League. Partiendo desde el extremo izquierdo o la mediapunta, el nuevo ‘Iron’ es el tipo de jugador creativo que llevan años produciendo en el norte de África. Un virtuoso del regate fantástico, que solo unos pocos aventajados de la técnica pueden realizar. Capaz de levantar del asiento a los espectadores una y otra vez con sus malabarismos. Sin ir más lejos, el año pasado fue el jugador que más regateó en la Championship con 238 ‘dribblings’ y que más veces superó rivales con una media de 5,5 por partido. Unos registros absolutamente surrealistas.
Más allá de su talento incalculable, Saïd Benrahma es un jugador con colmillo para producir goles. Con los ‘Bees’ marcó 27 goles y dio 24 asistencias en 81 apariciones. Ostenta un golpeo de media distancia poderoso, que suele armar con facilidad cuando se acerca a la corona del área. En relación a esto, el año anterior también fue el jugador que más disparó por partido en la segunda división inglesa, con 3,9 golpeos por encuentro. Al London Stadium ha llegado un lobo con piel de cordero. Te enamora con sus fantasías, pero es letal cuando pisa zonas de remate.
En el entorno del West Ham se habían quedado cortos de talento con la salida del Felipe Anderson al Oporto. El brasileño fue importante durante su primera campaña, pero la anterior perdió mucha relevancia con la llegada de David Moyes al banquillo. Ahora el argelino aborda en el barrio de Stratford con la intención de rellenar ese hueco que, aún estando presente, dejó Felipao dentro del club.

Desde que el técnico escocés se hizo con el timón del equipo, los ‘Hammers’ han pasado de ver como su propuesta inicialmente ofensiva se ha convertido en su antagonista. Defendiendo en un bloque bajo, a muchos metros de la portería contraria y con los futbolistas de más talento sentados en la banca. Al fin y al cabo, esa es la esencia de David Moyes. Si a eso le sumas los malos resultados de la campaña pasada y la crispación en el ambiente por la pérdida de identidad, se queda un ecosistema que tarde o temprano debe explotar.
No obstante, en lo meramente futbolístico, este inicio de temporada de los ‘Irons’ está siendo positivo. El 1-5-4-1 se ha erigido como el esquema principal, fortificando la fase defensiva y atacando en transiciones frenéticas. Dentro de este plan, el mago argelino va a tener que dejar la varita en multitud de ocasiones para ponerse el mono de trabajo y apagar fuegos en defensa. Asimismo, tampoco es un velocista que pueda causar grandes problemas tirando desmarques muy profundos, pero como lanzador de contragolpes puede ser una pieza relevante.
En ese dibujo con una línea de cuatro en el centro del campo, su posición ideal sería la de la banda zurda. Por ahí Pablo Fornals está completando unos partidos muy completos y, además, generando buenos números. En los primeros cuatro encuentros de Premier League ha anotado un gol y ha asistido en dos ocasiones. Ambos son futbolistas poseen un enorme talento y podrían repartirse los minutos, pero los dos están listos para ser titulares fijos en el West Ham.

Con esto, un dilema sobrevuela el London Stadium que David Moyes junto a su segundo, Alan Irvine, deben solucionar. Sus mejores resultados han venido con el esquema mencionado anteriormente. No obstante, con la cantidad de talento que tienen los ‘Hammers’ en la zona de tres cuartos podrían plantearse regresar al 1-4-2-3-1. Eso significaría tener que apostar por un juego algo más ofensivo y vistoso para los más románticos. Pero no todo es tan sencillo, en ocasiones estirar de la manta en un sentido te deja descubierto el otro. Apostar por ello puede destapar las carencias que mostraron atrás la temporada pasada.
Saïd Benrahma estaba pidiendo a gritos un salto a la Premier League y este ha llegado. El genio argelino venía demostrando que la segunda categoría se le había quedado corta. Ahora tiene su oportunidad dentro del West Ham United. Aterriza en un contexto que, a priori, no potencia sus virtudes en regate y disparo de media distancia. No obstante, la dinámica del equipo viene siendo más positiva que antaño y sumar talento nunca está de más. Un fichaje ilusionante, pero de un encaje complejo hasta que se demuestre lo contrario.