Este título parecería ser producto de la mente de Guy Ritchie, pero no. Es tan solo un resumen de los puntos álgidos de la rivalidad más grande que ha tenido la Premier League desde su creación: Arsenal vs Manchester United, Manchester United vs Arsenal.
Hay muchos factores que posibilitaron el nacimiento de enfrentamientos acérrimos entre estos dos equipos tradicionales de Inglaterra y que llevaron a algunos de sus protagonistas a utilizar palabras como «odio» y «enemigo» al referirse a algún otro participante con el que tuvieron alguna disputa personal. Como caballeros, y por una de las máximas de este deporte: «lo que pasa en la cancha, queda en la cancha». Todos lo interpretaron así y de hecho, cada vez que se refieren a los distintos episodios de la rivalidad lo hacen como una anécdota, aunque aún queden ciertos vestigios y cierta amargura de uno y otro lado.
La rivalidad
Antes del nacimiento de la Premier League, la primera división inglesa era dominada por un amplio margen por el Liverpool. Uno de sus actores de reparto supo ser el Arsenal durante algunas temporadas (incluso entre ambos definieron la 88-89 en un mano a mano histórico que ya contaremos pronto). Manchester United no aparecía en el radar, pero con el Arsenal comenzaron a sembrar la semilla de una rivalidad que explotaría casi dos décadas después.
Al igual que con Arsène Wenger, Sir Alex Ferguson tendría su batallas mentales con otro de los técnicos históricos de los ‘Gunners’: George Graham. Durante enero de 1987, en un partido disputado en Old Trafford, el Arsenal caería ante los ‘Red Devils’ dando fin a una racha de 22 partidos invictos (guarden la impresión de invicto y a Old Trafford como escenario). Durante este encuentro se presentó la polémica de que Norman Whiteside (Man Utd) había sido perdonado varias veces por fallos arbitrales y David O’Leary (Arsenal) había sufrido varias faltas en repetidas ocasiones del jugador del United. El difunto David Rocastle había sido expulsado por responder ante una provocación de los defensas también. George Graham supo contar que, ante lo que sucedía en el campo y tras la reacción de Ferguson, quiso asegurarse que la próxima vez no volvería a pasar lo mismo.
Dos años después, en 1989, el Arsenal venció al United en FA Cup con Nigel Winterburn mofándose de Brian McClair por fallar un penalti que pudo poner tablas en ese partido (guarden también la imagen mental de mofarse y errar un penalti). Como consecuencia de este incidente, cuando se volvieron a ver las caras en un partido de liga un año después (1990), se armó una trifulca durante el partido que devino en multas y reducción de puntos para ambos conjuntos (2 para Arsenal y 1 para el United). Cuentan algunos jugadores de aquel plantel ‘Gunner’ que Graham les pidió específicamente que no dejaran escapar esa oportunidad (de pelear juntos), que él luego haría como si nada en rueda de prensa.
Ahora, nos trasladamos al escenario de la rivalidad en el contexto de Premier League. Durante poco más de un lustro, la supremacía del United no tenía discusión. Solo el Blackburn había sido capaz de meter las narices en un título de la competición, hasta que apareció en escena el Arsenal con Wenger a la cabeza. Tras otros dos títulos consecutivos de los diablos rojos, en la temporada 97-98 (y segunda de Wenger al mando de los ‘Gunners’) el Arsenal se proclamaría campeón y comenzaría otro capítulo de la rivalidad. ¿Por qué? Pues bien, el equipo del norte de Londres comenzó a disputarle todos los trofeos a los de Manchester. Desde esa temporada y hasta la 04-05, los títulos en Premier League solo tenían dos nombres: Arsenal y Man United. A veces más cerca entre sí, otras veces más lejos, se veían hasta en duelos decisivos de copas locales.
Roy Keane, aquel férreo jugador irlandés del United, supo reconocer que miraba al Arsenal «con odio», que los partidos ante los artilleros eran distintos porque solo importaban los tres puntos. El internacional irlandés y todo un personaje de la primera década del nuevo milenio, tuvo un rival/enemigo de lujo por aquel entonces: Patrick Vieira. Fueron muchos los enfrentamientos personales que tomaron algunos jugadores, pero no nos desviemos más de la historia y vayamos al clímax de esta enemistad. Dos episodios serán claves: ‘La batalla de Old Trafford’ y ‘La batalla del buffet’ (no son episodios de Game of Thrones).
La batalla de Old Trafford
Temporada 03-04. Una temporada en la que tendría lugar el máximo hito de la historia del Arsenal y, se podría decir, de la Premier League: La hazaña de ‘Los Invencibles’. Ya analizamos en El duro camino para ser invencible cómo la resiliencia fue un factor clave para que el Arsenal se consagrara campeón desafiando a todas las posibilidades. Justamente, uno de los partidos clave para que se lograra este cometido tuvo lugar en Old Trafford, el 23 de septiembre de 2003 correspondiente a la sexta fecha de aquella temporada. Poco más de un mes atrás se habían visto las caras en la Community Shield, trofeo que ganaría el United por penales tras empatar 1-1 y en donde empezaron a darse los primeros chispazos (de hecho, siempre que disputaban un partido los había). Esto se debe a que hubo fallos arbitrales que generaron controversia y que, al finalizar el encuentro, el festejo de los de Manchester había resultado demasiado para los ‘Gunners’.
De vuelta al partido. El encuentro fue muy disputado, cargado de faltas y no había nada que pudiera romper el cerrojo, hasta que en el tiempo añadido una supuesta falta de Martin Keown sobre Ruud van Nistelrooy le concedería un penal al United. La tensión podía cortarse con un cuchillo. Varios jugadores del Arsenal discutieron la decisión del árbitro, pero el penal se convalidó igual. El goleador holandés estrelló su remate en el travesaño y el partido finalizó segundos después de aquel momento. Lo curioso vino tras el pitido final: Varios jugadores del Arsenal se abalanzaron sobre van Nistelrooy, con Keown a la cabeza (las imágenes son memorables) y comenzaron a empujar al holandés, festejando su malogrado penal y reclamando que había dado un piscinazo. Aquí se dio el primer récord que conseguiría el Arsenal ese año y es que los ‘Gunners’ recibieron una multa de 175 mil libras debido al mal comportamiento de sus futbolistas (Keown, Vieira, Parlour, Lauren y Ashley Cole también recibieron multas de manera individual), el récord de multa a un equipo hasta la temporada 15-16 en un duelo entre Chelsea y Tottenham.
Los del norte de Londres celebraron como un triunfo ese empate y además siguieron festejando por partida doble debido a que las sanciones deportivas para estos jugadores llegaron dos meses después. En el medio, el Arsenal derrotó al Newcastle, Liverpool, Chelsea, Leeds y Tottenham. Posteriormente, cuando los jugadores comenzaron a cumplir sus sanciones, vinieron sendos empates ante Fulham y Leicester. ¿Qué hubiera pasado en esta temporada si van Nistelrooy no hubiera errado el penal o si las sanciones se hubieran cumplido de inmediato? Nunca lo sabremos.
La batalla del buffet
Old Trafford volvería a ser el escenario, poco más de un año después: el 24 de Octubre de 2004. Arsenal llegaba en aquella ocasión al Teatro de los sueños ostentando su récord de 49 partidos invicto. De sacar un empate ante el United lograrían llevar la marca a 50 encuentros y lo harían en casa de su rival moderno, echando aún más sal a la herida del año pasado. Todo esto quedó en condicionales. En otro partido cargado de decisiones arbitrales dudosas, los ‘Red Devils’ terminaron imponiéndose 2 a 0 gracias a los tantos de van Nistelrooy (de penal) y Wayne Rooney en el tiempo agregado.
Lo que vino después fue un revuelo desatado en la zona del túnel que lleva hacia los vestuarios de Old Trafford. Jugadores insultándose, algunos amenazando con llevarlo a las manos y un episodio que comenzó a suscitar más teorías conspirativas que la existencia (o no) de aliens. Un «arma» poco común, la cara roja de un afamado técnico escocés como diana y el desconcierto de todos los presentes. Nadie supo exactamente quién había sido el autor del hecho, pero todos tenían sus sospechas. Varias versiones vieron la luz, pero nadie sabía quien había sido capaz de semejante fechoría. No, no estamos hablando de un asesinato ni mucho menos. Alguien había arrojado una porción de pizza de pepperoni en la cara de Sir Alex Ferguson y había vivido para contarlo. De hecho, Fergie había quedado tan atónito que su única reacción fue darse la vuelta y maldecir mientras mascaba su clásico chicle con más intensidad que nunca. Al menos eso dicen quienes lo vieron.
El autor material del hecho se conoció 13 años después: Había sido Cesc Fàbregas. El ex jugador del Arsenal contó en la televisión inglesa que él estaba en el vestuario comiendo una porción de pizza (en Inglaterra es común que haya un buffet en los vestuarios al finalizar los encuentros, de ahí el nombre poco ortodoxo de este episodio) cuando comenzó a oír gritos provenientes de la zona del túnel y decidió ir a ver qué sucedía. El resto lo cuenta él con sus palabras: «De repente, escuché ruidos y pensé: ¿Qué está pasando? Entonces, salí con mi porción de pizza y vi a Sol Campbell, Ferdinand, Martin Keown… todos empujándose entre sí. Yo estaba parado ahí y no sabía cómo meterme hasta que tiré la porción de pizza. Una vez vi a quién le dio… simplemente no quise hacerlo. Te pido disculpas Sir Alex. No quise hacerlo».
Claro que Fergie algo sabía, porque cuando se le preguntó en su momento, el escocés dijo: «Me comentaron que fue Fàbregas, pero yo no lo vi realmente». Uno de los caballeros más respetados de este juego.
La rivalidad ya no es lo que era
Después de estos dos episodios, los partidos entre el United y el Arsenal ya no fueron los mismo. Esto se debe en gran parte a que el conjunto ‘Gunner’ sufrió una recaída considerable de su nivel en años posteriores y fueron apareciendo otros rivales al título como Chelsea o Manchester City.
En duelos posteriores entre ambos se puede destacar la victoria 5-4 de Arsenal por penales en la final de la FA Cup 2005 o la victoria del United 3-1 en el global durante la semis de Liga de Campeones de la temporada 08-09. El indicador más grave de la notoria supremacía del United en esta última década puede traducirse en la victoria 8-2 de la temporada 11-12 o en el hecho de que el Arsenal lleva casi 14 años sin ganar en Old Trafford en Premier League. En las últimas temporadas el Arsenal sacó más victorias, pero sigue sin ganarle de visitante.
Actualmente, ambos equipos están atravesando un proceso de reestructuración bajo el mando de técnicos que conocen muy bien la filosofía del club. ¿Será este el germen del renacimiento de la rivalidad más clásica y más prolongada de la competencia? ¿Podrán ambos equipos volver a sus días de gloria? El tiempo dirá y, aunque el sol aún no brille en el horizonte para ninguno, nunca dejarán de ser grandes. Porque donde hubo fuego cenizas quedan. Solo queda esperar al próximo enfrentamiento entre ambos.