«Carlo fantástico, Carlo magnífico… Allez, allez, Ancelotti… » resuena en la parte azul de Liverpool. De Gwladys Street a Stanley Park y de Bullens a Goodison Road. De local o de visitante, en casa, en el pub, en el trabajo… Cualquier excusa es buena para que un seguidor del Everton se acuerde de estos versos dedicados a su nuevo ídolo, Carlo Ancelotti. Porque el italiano ha devuelto la ilusión a los ‘Toffees’, los ha rescatado de la zona baja de la tabla y los ha metido en la lucha por clasificarse a la próxima Europa League.
Todo era diferente en agosto. Marco Silva comenzaba su segunda temporada como entrenador del Everton y asumía de nuevo el reto de llevar a los ‘Toffees’ a Europa. Nada más lejos de la realidad. Un inicio demasiado pobre con una dinámica negativa debido a las lesiones, la mala suerte y las cuestionadas decisiones del técnico hicieron que cada jornada se convirtiera en la última bala. Las derrotas en casa contra el Sheffield y el Norwich, o fuera contra el Aston Villa, Burnley o Brighton minaron la moral de jugadores y afición. Las innumerables modificaciones tácticas de Marco Silva no aportaban resultados y esta crónica de una muerte anunciada llegó a su fin el pasado diciembre con el suicidio ‘Toffee’ en Anfield (5-2). En este partido, el portugués plantó una línea defensiva de tres centrales realmente adelantada en la que ni Mina ni Keane pudieron frenar a Mané y Origi atacando su espalda. El Everton caía así a puestos de descenso y el club señalaba a Marco Silva como máximo culpable con su destitución.
Al igual que había ocurrido en 2016 con Joe Royle o en 2017 con David Unsworth, otro interino debía hacerse cargo del banquillo de los ‘Toffees’ por unas semanas. El elegido era Duncan Ferguson, un hombre de la casa que durante su etapa como jugador disputó 11 temporadas con la camiseta del Everton. De esta manera, el escocés cogió al equipo a finales de año en un pésimo estado de forma y confianza, y, pese a encarar la parte más complicada del calendario (Chelsea, Man United y Arsenal), salió airoso de todos los enfrentamientos (victoria 3-1 vs Chelsea; empate 1-1 vs Man United y empate 0-0 Arsenal) ofreciendo un buen rendimiento y sacando el valor que este gigante dormido llevaba tiempo sin demostrar. Ferguson había resucitado a los azules alejándolos de puestos de descenso.
Llegó la Navidad y con ella, el mejor regalo para el Everton. Para sorpresa de muchos aficionados al fútbol, Carlo Ancelotti aceptaba la propuesta de coger las riendas del club de Liverpool. Desde el principio, el italiano tuvo claro que tiempo no está para malgastarlo, que no era demasiado tarde para arreglar la temporada y, como sabio del balompié que es, se rodeó de las personas que mejor le podían transmitir la filosofía ‘Toffee’. Carletto incorporó a Duncan Ferguson a su ‘staff’ como continuación del trabajo que había iniciado el escocés y confió en el 1-4-4-2 que había dado crédito al interino.

Porque si una de las cosas que caracteriza a Ancelotti es la variedad de opciones de su libreto. Le hemos visto dibujando un 1-4-4-2 en rombo en el Milan, un 1-4-3-3 en Madrid o Bayern o un 1-4-2-3-1 en Nápoles que se convertía en un 1-2-3-4-1 en ataque posicional. La opción que tenía en Goodison Park era la más pragmática pero la más sensata acorde a las circunstancias: dos sólidas líneas de cuatro y una doble punta arriba con Richarlison y Calvert-Lewin como referencias. «El 1-4-4-2 es lo mejor que le viene al equipo. Parece que en los últimos años este dibujo se ha ido perdiendo y los defensores se han acostumbrado a marcar a un delantero o falsos nueves. Contra el Everton sufren mucho por la calidad y físico de DCL y Richarlison», afirma Dani Fernández, periodista de Sphera.
Y es que el brasileño se ha destapado como uno de los mejores atacantes de la Premier League. «Richarlison es un futbolista impresionante. En banda izquierda lo hace muy bien pero de delantero marca diferencias. Es físico, rapidísimo, va genial de cabeza y tiene mucho gol. Su tanto contra el Crystal Palace de la pasada jornada lo define. Además es disciplinado y comprometido en defensa, tiene perfil para jugar muy pronto en Champions League», señala el periodista.
Dominar los aspectos tácticos es algo fundamental a la hora de diferenciar a un buen técnico de otro que no lo es tanto, pero como el italiano ha manifestado en varias entrevistas: «La táctica no es una máxima». En la labor de un entrenador entran otros factores (en ocasiones infravalorados) igual de importantes como la motivación o la gestión de grupo. De este modo, la mano de Carletto en sus futbolistas se comenzó a notar desde el principio, contagiándoles una intensidad y un hambre por ganar que no se veía a comienzos de temporada. Para Fernández, «la figura de Ancelotti niega las excusas a los jugadores. Antes podían escudarse en que si perdían partidos la culpa era de su entrenador (Marco Silva), porque venía del Watford y no había hecho nada en Inglaterra. Ahora tienes al italiano, que ha ganado todo lo que puede ganar un entrenador. Ese aura es lo que está envolviendo a jugadores y aficionados». El más claro ejemplo es el de Holgate y DCL: «Imagina a estos dos chavales cuando vieron entrar por la puerta a Ancelotti. ¿Cómo no se van a comer el campo?», añade el periodista.
«En el fútbol no hay magos con una varita mágica, es algo que requiere paciencia y encontrar jugadores que se adapten al proyecto», dijo Carletto hace unos años. Sin embargo, en cuestión de dos meses el italiano ha cambiado la cara al Everton, los ha alejado de los puestos de descenso y los ha colocado a menos de tres puntos de Europa. De hecho, desde que el de Reggiolo pisó Merseyside, ha ganado más puntos que cualquier otro equipo de Premier League a excepción del Liverpool de Klopp.

Futuro del Everton
A corto plazo, el objetivo de los del Liverpool es acabar esta temporada en puestos europeos, aunque todo pasa por salir vivo del complicado calendario que les espera: Arsenal, Man United, Chelsea y Liverpool. De no ser así no habrá que alarmarse, ya que la reconstrucción que Moshiri planea no ha hecho más que empezar. El entorno que rodea al club se encuentra en una nube que no encuentra el límite en el cielo. La afición no toca un título desde 1995 y confía en Carletto como líder que les lleve de gira continental.
«Con los pies en el suelo deben ir mejorando. Este proyecto, con el italiano al mando y la construcción de un nuevo estadio en el horizonte, tiene que tener como objetivo luchar por los puestos de Champions año tras año. Por infraestructura e historia este equipo debe luchar por ello, aunque también se necesitan años de buenas decisiones y suerte», explica Fernández. «¿Por qué no ilusionarse? Hemos visto equipos que en 2008 eran peores que el Everton y con un buen estadio y un gran proyecto han llegado lejos. Mira el Leicester que gana la liga o el Tottenham de Pochettino. Necesitas invertir bien, sacar buenos canteranos, un estadio adecuado y tener ese punto de suerte», señala.
Porque Ancelotti ha entendido perfectamente la filosofía de los ‘Toffees’ y su vínculo con la afición se hace más fuerte cada fin de semana. «Entrenar al Everton era un gran reto para mí, una buena oportunidad en un club con una gran tradición y ambición. Es una familia. Hay muchos ‘Evertonians’ trabajando en el equipo y seguidores pasionales que nos apoyan muy de cerca», declaró Carletto para BT Sport hace unas semanas. Y es que el italiano lo tiene muy claro: «Tenemos que traer buenos jugadores que puedan ser súper estrellas y crezcan junto al equipo. En un futuro veo al Everton peleando por los primeros puestos de la tabla, luchando por títulos y siendo competitivos en Premier y Europa… Jugando en el nuevo estadio, con la multitud coreando mi canción… Ese es mi sueño».