Cuando el Chelsea bailaba al son de Gianfranco Zola

Cuando la Premier League bailaba la música más dura, un pequeño jugador de tan solo 1,68 metros de altura llegaba a la primera división inglesa para imponer un nuevo estilo, para cambiar tanto el pasado de un equipo como el futuro del mismo, para marcar un antes y un después en cierto barrio de Londres. Tras una temporada irregular en Parma, Gianfranco Zola recalaba en el Chelsea en 1996 siendo toda una incógnita, y desafiando todos los estándares que seguía la Premier League, con un juego físico donde los más grandes eran los grandes dominadores. Lo que Ruud Gullit no sabía cuando estrechaba la mano a ese veterano italiano de 30 años era que el devenir de los ‘Blues’ estaba a punto de cambiar.

Zola llegó al Chelsea procedente del Parma por 4,5 millones de libras. CHELSEA FC

Maradona, un espejo donde mirarse

Si hablamos de bajitos, mediapuntas, y con una gran técnica, uno de los primeros nombres que vienen a la cabeza es el de Diego Armando Maradona. No es casualidad que el juego de Zola se asemeje tanto al de ‘El Pelusa’, y es que el argentino fue clave para que el mediapunta italiano empezará a despegar en su carrera. El de Cerdeña empezó su carrera en el Nápoles a la sombra del argentino, pero cuando este se marchó al Sevilla tras haber sido todo un símbolo en el conjunto napolitano, lo tuvo muy claro: Gianfranco Zola es mi sustituto.

«Ocurrió en un partido en Pisa. Careca estaba lesionado y me tocó jugar a mí. Maradona se acercó y me dio el 10, su número, fue un gran gesto. Agradezco todo lo que hizo por mí, cambió mi carrera» , declaraba Zola en una entrevista con la Revista Líbero. No podía tener un mejor padrino con el que asentarse en el equipo celeste, sin embargo, Zola se buscó las castañas fuera del amparo napolitano y recaló en un Parma plagado de estrellas y con un Joven Carlo Ancelotti como entrenador.

Una mala relación con Carletto propició que sus miradas estuvieran puestas en la rampa de salida, y tras unas tensas negociaciones, Zola acabó en el Chelsea, gracias en parte a dos compatriotas que lo recibieron con los brazos abiertos: Roberto Di Matteo y Gianluca Vialli. Comenzaba así una nueva era para el Chelsea.

Gianfranco Zola junto a su gran amigo Roberto Di Matteo. CHELSEA FC

Un pequeño gran impacto

1,68 de altura, pero mucho fútbol en sus botas, su marca de la casa para su llegada a la Premier League en un periodo muy difícil para el Chelsea. 26 años sin ganar un título, lo que provocaba la burla de sus vecinos. No obstante, Gianfranco Zola empezó a jugar. Un equipo muy ofensivo en el que Zola ocupaba la mediapunta, con total libertad, por detrás de Vialli, con Di Matteo y Dennis Wise de escuderos y que, después de un comienzo irregular consiguieron acabar sextos. Los ‘Blues’ anotaron 58 goles, su mejor registro en años, pero también encajaron 55, de todas formas, el estilo ya estaba más que marcado.

« Era parecido a Cantona, no solo en términos de fútbol, sino también culturales »

Sir Alex Ferguson

Todo el mundo conocía a Zola, leyendas como Sir Alex Ferguson empezaron a temerle, e incluso tenían que colocar una marca especial cada vez que visitaban Stamford Bridge. «Siempre me ha gustado. Es una figura parecida a la de Cantona, no solo en términos de fútbol, sino también culturales» , declaró en su momento el escocés a Metro. Y es que Zola representa la apertura de la Premier League, no solo a un fútbol más alegre y técnico, sino también a que los extranjeros empezaran a asumir el liderazgo de sus equipos.

El título que lo cambio todo

A pesar de este juego alegre que gustaba a toda Inglaterra, a este Chelsea de moda le faltaba una gesta que indicara que habían llegado para quedarse. Y esta oportunidad llegó a la temporada siguiente con la final de la FA Cup de 1997 que los ‘Blues’ disputaron ante el Boro. Una final que dominaron de principio a fin y que tuvo un claro sabor italiano. Di Matteo adelantaba a los de Ruud Gullit con un derechazo imparable para Ben Roberts, pero lo que haría Zola a continuación daría la vuelta al mundo.

En el minuto 83, Gianfranco da de tacón un pase espectacular a Eddie Newton que sentencia a placer, confirmando que se podía ganar con estilo. Un gol que simboliza cómo entendía el italiano el fútbol, y el nuevo equipo que se estaba gestando en Londres. Una FA Cup que se convertía en el primer título del Chelsea en 26 años. El partido que abrió la lata para que Zola sumara un total de seis títulos en las siguientes siete temporadas, incluyendo una Recopa de Europa. Siempre quedará pendiente la Premier League, pero Gianfranco Zola demostró con su llegada al fútbol inglés que los hombres no solo pegan patadas, también saben bailar.

El mejor de la historia

En 2003, el año en el que se fue del Chelsea, los fans votaron a Gianfranco Zola como el mejor jugador de la historia del club por todo lo que había significado y cómo había definido el futuro del club. Además, desde que el italiano dejó la institución, nadie ha vuelto a llevar el número 25, dos cuestiones que quedarán para siempre grabadas en la mente de los ‘Blues’.

Y su influencia sigue muy vigente hoy en día, no solo porque formó parte del equipo técnico de Sarri hace dos temporadas, sino también porque ha sido una de las grandes influencias de Frank Lampard, el actual entrenador del Chelsea. Ambos coincidieron en el primer equipo, y el inglés se quedaba hasta las tantas con Zola para practicar las faltas directas, una de las especialidades del italiano que heredó Lampard. Ese estilo alegre ha inundado este renovado Chelsea que además cuenta con un jugador que juega en una posición parecida a la de Zola, Kai Havertz, aunque, por muy bien que lo haga el alemán, nunca llevará el dorsal número 25.

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