Harry Kane, el delantero moderno

El fútbol, al igual que todo, está en constante evolución. Los roles cambian, las tácticas se complican y cada vez hay menos especialistas. Ahora a los jugadores se les pide saber desarrollar más cosas que antaño. Deben saber pisar más zonas, saber entenderse mejor con el ecosistema que les rodea. Los equipos son engranajes de relojes que, en cuanto una pieza falle, las manillas dejan de funcionar.

Dentro de este proceso lógico evolutivo que sigue el deporte rey, los delanteros se han visto afectados de pleno. En tiempos pretéritos se les exigía participar, principalmente, en las proximidades del área. Esos arietes altos, que sus intervenciones eran escasas y centradas en el remate y el juego directo. En cambio, actualmente los entrenadores exigen un mayor radio de acción, con participación en el juego fuera del área, dando apoyos, cayendo a bandas y, obviamente, con certezas de cara a puerta.

Harry Kane es la viva representación de cómo se ha transformado el rol del ‘9’ en las últimas décadas. A pesar de lo que parezca a primera vista por su casi metro noventa, es un atacante moderno muy fino: elegante en sus gestos, inteligente en sus movimientos y que sirve para engrasar los ataques de sus equipos. Una combinación idónea que convierte al inglés es el delantero menos inglés que ha existido al más alto nivel.

En el apartado más evolutivo, el capitán de los ‘Spurs’ es un virtuoso. Sus apoyos lejos del área son de nivel top mundial, capaz de dirigir un ataque a 50 o 60 metros del área rival. Genera los ataques del equipo de José Mourinho con sus movimientos de arrastre y lanzando a Heung-Min Son al espacio. Asimismo, realiza esta función de manera autosuficiente, es decir, no necesita al tercer hombre para conectar con el sur coreano. Él recibe el envío, limpia la zona para que sus compañeros corran al espacio, controla orientado y filtra un pase que siempre deja en ventaja a su socio. De la nada es capaz de armar una ocasión de gol. El delantero inglés convierte el agua en vino.

No obstante, a todas sus virtudes modernistas se le añade la voracidad de cara a puerta. El inglés es superdotado en las lejanías del área pero, cuando se aproxima a la meta contraria se convierte en un depredador capaz anotar goles de todos los colores. Gracias a su elevada estatura es una certeza en el área, dominando a los centrales y adelantándose a ellos en los envíos laterales. Además, posee esa calma necesaria para saber cuándo, por dónde y cómo batir al guardameta cuando se enfrenta a él.

Tottenham 19-20
Kane, la estrella de los ‘Spurs’. TOTTENHAM HOTSPUR

El recital que dio el pasado fin de semana ante el Southampton solo fue la confirmación de algo que se sabía desde hace mucho tiempo. Heung-Min Son, su compañero en ataque, fue el mayor beneficiado de aquella fiesta. El capitán regaló cuatro asistencias al sur coreano ante la perpleja mirada de los ‘Saints’. Además, ante tal certamen de pases y asistencias, cerró la goleada con un gol en los minutos finales. Una simple muestra de lo que es Harry Kane como futbolista.

El ariete británico es una pieza clave dentro del esquema de José Mourinho. El portugués suele plantear escenarios de juego para que sus atacantes tengan espacios para atacar. Ahí, el 10 del Tottenham es el pilar fundamental de la faceta ofensiva. No será un virtuoso velocista para galopar a la espalda rival, pero posee la inteligencia y la pausa que da coherencia y sentido a los ataques. Heung-Min Son, Bergwjin, Moura y ahora Bale, solo tienen que cabalgar hacia la portería contraria para que les llegue un balón en las condiciones idóneas para batir al portero.

Su importancia dentro del recinto de White Hart Line sobrepasa lo futbolístico. Él, a sus 27 años, es uno de los emblemas y baluartes del equipo del norte de Londres. El capitán y máximo referente dentro del vestuario. También es la viva imagen del aficionado, siendo la representación de lo que significa el sentimiento del club. No ha logrado levantar ningún título con los ‘Spurs’. Y cuando un futbolista de la talla de Kane no ha rellenado su palmarés por su equipo, es que su vínculo va más allá de lo meramente tangible.

Kane en un entrenamiento. TOTTENHAM HOTSPUR

Pero si algo se le puede pedir al delantero inglés es su escasa continuidad estas últimas campañas. Las lesiones han impedido que el delantero británico dispute con tranquilidad las 38 jornadas ligueras, con los respectivos partidos por el continente europeo. A sus 23 y 24 años conquistó dos Botas de Oro de la Premier Legue. En el mundial de 2018 también recibió esta distinción. Todo señalaba a que batiría récords y conseguiría una estela de premios al goleador del año. Sin embargo, desde la campaña 2016-2017 no ha podido obtener este logro. Esto es porque en las temporadas pasadas no ha conseguido aparecer en más de 30 encuentros. Aún así, es el quinto máximo realizador de las grandes ligas en los últimos cinco años, tras Leo Messi, Robert Lewandowski, Cristiano Ronaldo y Luis Suárez.

Goles son amores. Y Harry Kane aporta mucho de las dos cosas al Tottenham. Es el plus competitivo que todo equipo desea tener, ayudando a sumar puntos con una facilidad pasmosa. Él ayuda a que el resto de sus compañeros suban varios escalones de rendimiento cuando está sano. Los ‘Spurs’ y José Mourinho tienen en su haber una herramienta por la que los grandes equipos europeos pagarían cantidades ingentes de dinero. Ahora tienen que guardar su tesoro como haría Gollum con su anillo.

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