Muchos se han de preguntar qué hubiese pasado si Philippe Coutinho se hubiera quedado en el Liverpool. Una duda que persigue a muchos, no solo a los aficionados de Anfield Road.
El carioca, al igual que muchos otros jugadores, sufrió para ganarse un nombre en el panorama europeo. Formado en la cantera del Vasco da Gama de su Río de Janeiro natal, el mediapunta vivió un éxodo a través de Italia y España. Pese a su calidad técnica y carisma, Coutinho no se afianzó ni en el Inter de Milán ni en el Espanyol. Sin embargo, no fue hasta su llegada al Liverpool de Brendan Rodgers cuando empezó a destacar.
El progresivo juego de Coutinho, el cual mezclaba velocidad con pases certeros y una interesante visión diagonal contribuyó a la formación de un Liverpool inteligente y ofensivo. Los ‘Reds’ se caracterizaban por un estilo de juego rápido y efectivo, pero Rodgers no ganó la Premier 2013-2014 y acabaría saliendo meses después.
La llegada de Jürgen Klopp significó un cambio en el sistema ofensivo del Liverpool, el alemán cambió la manera de presionar y confió en la potencia de Firmino y Coutinho. Además de agregar la versatilidad de Mané, los ‘Reds’ empezaban a soñar con un equipo imparable. Los inicios de Klopp con estos atacantes fueron prometedores, un conjunto impredecible, con una conexión impresionante, aunque con falencias defensivas. Fue la piedra en el zapato para los otros grandes de la Premier, y, considerado uno de los favoritos, ganaba peso por las bandas y el carril central.
Coutinho, con su estilo de ’10’ clásico, podía jugar en diferentes espacios del terreno de juego (detrás del delantero, tirado a banda, ayudando a la salida de balón), siendo usado por Klopp como el efecto sorpresa en el ataque. Los números del brasileño fueron muy buenos en sus años en Anfield, pues en 201 partidos anotó 54 goles y dio 45 asistencias. Cifras prometedoras para un jugador que se paseaba por el campo.
Su ida a Barcelona fue una decepción, pese a tener destellos de buen juego, Valverde en su día no le tomó la atención debida y, por esto, acabó recalando en el Bayern Múnich, donde aún se tiene en duda su continuidad.
Si Philippe Coutinho se hubiera enfocado en seguir en Anfield, el Liverpool sería (aún más) un club de alto nivel físico y técnico. Pese a que existen rumores que lo vinculan con un regreso a la Premier, los de Klopp no parecen cambiar la receta con la que han alcanzado el éxito. Sin embargo, el fútbol vistoso y técnico del carioca encajaría perfectamente en cualquier club que quiera soñar con Europa.